El ex mandatario alcanzó el 50,73% de los votos en el balotaje más polarizado de la historia de Brasil y tendrá su tercera etapa en el poder, tras sus dos mandatos anteriores en 2003 y en 2010. El conteo tuvo altibajos ya que en una parte el líder ultraderechista llegó a tener una ventaja de 14 puntos que se descontaron cuando comenzaron a contabilizarse los votos de las pequeñas ciudades y las regiones periféricas.
Inácio Lula da Silva señalado como el favorito a vencer en el balotaje de ayer, pasó a liderar el escrutinio cuando el porcentaje de votos contabilizados superaba el 70%. Así, el conteo tuvo momentos de incertidumbre ya que los partidarios de Bolsonaro y el propio Presidente, se encargaron de anunciar prematuramente un eventual triunfo, desmintiendo las encuestas. Pero finalmente, la realidad se impuso.
Los votantes llegaron temprano incluso una hora antes de que abrieran las mesas, y en general hubo una situación de calma en todo el país entre seguidores de ambos candidatos. Los colegios electorales cerraron sobre las 17.
Lula, de 77 años, prometió arreglar el país impactado todavía por la crisis de la pandemia, que dejó la cifra de 688.000 muertos, algo casi imposible de creer.
En su campaña había destacado sus logros socio-económicos como la salida de la pobreza de más de 30 millones de brasileños, gracias a iniciativas sociales financiadas con el boom de las materias primas.
Lula asoció a Bolsonaro con la pedofilia y el canibalismo y el ultraderechista lo había acusado de borracho y traidor de la patria, en un tono agresivo que acentuó la polarización y el rechazo hacia ambos líderes.
Asunción el 1º de enero
El próximo 1º de enero, el nuevo Presidente tomará las riendas del país.